¡Un Ángel como yo, buscado afanosamente...
Deslumbró el corazón de aquella bella, adolescente!
Vió una estrella brillar y brillaron sus ojos,
que pidieron con afán un Ángel en su camino...
Y yo, como soy ameno a todos los pedidos,
quise ser buen samaritano y me ofrecí ser su destino...
Llegué sin ningún apuro ante sus ojos divinos,
notando en su rostro altivo que su corazón palpitaba...
Nunca vi, nada igual, en mis tiempos de andanzas y dije:
¡A ella le daré la fe y la esperanza, de encontrar lo pedido!
¡Hola!, le dije muy presumido al ver tanta belleza
y un poco esquivo, la miré de pies a cabeza...
¿Buscabas en tu adolescencia, a alguien que te hiciera compañía?
Aquí estoy para cumplirte una promesa... ¡Seré tu ángel, niña mía!
Ella desconfiada me miraba muy emocionada,
aceptando con delicada voz mi entrega a lo que pedía...
Y salimos caminando, felices de aquel encuentro tan deseado...
¡Siempre pide con fervor y Dios te dará... Un Ángel Como Yo!
Autor: Evalyna
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